En medio la presión social, provocada por la crisis sanitaria y económica generada de la pandemia del Covid-19, el Gobierno del Presidente Luis Abinader lanza un ambicioso plan de seguridad pública que ha bautizado como “Mi país seguro”.
Un programa que pretende, en un mismo paquete, una reforma estructural y radical de la Policía Nacional, un desarme general de la población civil y encarrilar miles de jóvenes de los denominados ‘ni-nis’, lanzados a las garras de la delincuencia callejera, en medio de un serio problema multifactorial.
Una situación que se desarrolla en barrios donde esos jóvenes viven agolpados por la desesperanza, marginados de la educación, víctimas del desempleo y bajo la incidencia del microtráfico.
A diez meses de asumir el poder, Abinader no ha podido cumplir muchas de sus promesas de campaña, en gran parte por los efectos de la pandemia, por lo que necesita un golpe de efecto.
Muchos han anunciado soluciones al terror que impone la delincuencia violenta en las calles, pero no han logrado.
¿Podrá hacerlo Abinader?
7 de junio, 2021