Enfrentando los serios estragos sanitarios que provoca la pandemia del Covid-19, sentimos los embates sobre la economía que se refleja en los duros efectos en la vida cotidiana de las clases más empobrecidas.
Estamos bastante bien cubiertos en la lucha contra la pandemia, la mitad de los dominicanos vacunados por lo menos con la primera dosis y una tercera parte con las dos. Hay cientos de centros de vacunación y las autoridades de salud despliegan jornadas especiales en la Capital, San Cristóbal, Peravia, Azua, el Este y el Sur profundo.
Pero también hay que atencionar, sin dilación ni sofismas política, las alzas de precios de los alimentos, siendo el pan el símbolo, el referente de la comida. El Gobierno debe disponer medidas, cuales y cuantas sean necesarias, para satisfacer la exigencia de la gente a tener acceso a la comida, a precios razonables.
En el intermedio, el pan y circo de los temas anti corrupción siguen entreteniendo a la gente, pero no se le puede pedir ver el espectáculo sin cocaleca y refresco, que en este caso lo representan el pan, el arroz y las habichuelas.
18 de junio, 2021