La población, en mayoría, vota en los comicios nacionales cada cuatro años en favor de un proyecto de administración tendente a mejorar la calidad de vida de la gente. Como ejercicio dialéctico suena ‘bonito’. Lo que le importa a la gente es que se cumplan sus expectativas.
Dos episodios de estos días, nos muetran la hipersensibilidad de como reaccionan muchos funcionarios cuando la población les exige cumplir con lo que debe ser su deber: • para el director de la Digesett no es cierto, ‘per se’, que haya ‘tapones’ en la ciudad, ya que los agentes resuelven los ‘nudos’ que ‘trancan’ el tráfico; • para el ministro de Energía es una ‘campaña’ de sectores ‘del pasado’ las quejas por la tanda de apagones que se han registrado en los últimos días.
Admitir errores es de sabios. Tratar de justificar lo injustificable es de torpes.
Mientras se sigan viendo fantasmas en el pasado, las soluciones de presente y el avance hacia el futuro transitará por un camino tortuoso, un camiono verdaderamente empedrado.
De manera sensata, realista y objetiva lo plantea la Primera Dama, Raquel Albaje, en su cuenta de twit: “Amigos: sí hay tapones, apagones, falta de agua potable en cientos de lugares, hay delincuencia. Y podría citar mucho más. Lo importante es que en el Gobierno se “esta atento” y se trabaja que funcionario sea “Servidor” y no sienta que debe ser servido ni servirse. Poco a poco”.
30 de septiembre, 2021