Santo Domingo, República Dominicana, lunes 25 de noviembre, 2024

Lockward analiza destino de reformas propuso Abinader

  • El abogado, economista y político Angel Lockwad analiza el paquete de reformas, y sus implicaciones, puestas en discusión por el Presidente Luis Abinader en un convocado diálogo nacional. Este es el análisis de Lockward, publicado en Listín Diario, el martes 07 de septiembre 2021, y que su importancia reproducimos en HoraxHora.

Ángel Lockward

El pasado 18 de agosto el pre­sidente Luis Abina­der –al llamar a diálogo a la oposición- anunció al país un paquete de 12 reformas, entre ellas las reformas: Constitucional, Fiscal, de Combustibles, de Energía y está planteada la Electo­ral: El PLD respondió tibia­mente y Leonel Fernández se opuso expresamente a la Reforma Constitucional.

La Ley que convoca a la Asamblea Revisora debe ex­presar la necesidad de la re­forma, situación que no se advierte en la opinión públi­ca, el momento post pande­mia está centrado en cues­tiones económicas y, esta reforma se presta a suspica­cias –hasta estúpidas– pues la mayoría no comparte o no entiende la pertinencia o urgencia del motivo. El pro­ceso requiere de mayoría calificada y en consecuen­cia, sin la oposición, no tie­ne camino libre.

La necesidad de una Re­forma Fiscal, por su par­te, está fuera de discusión, pues la situación económi­ca, el endeudamiento pre­vio a la pandemia que situó nuestras obligaciones en 70.5 % del PIB, la atestan, adicionalmente, los com­promisos asumidos para solventar el Covid-19, con subsidios nunca antes vis­tos en el país, la dejan fue­ra de discusión: El tema se­rá ¿qué sectores afectar? La gente pobre no tiene capaci­dad de tributación, la clase media está muy golpeada y será necesario sacar dinero al bolsillo de los pudientes.

Las dos últimas grandes reformas fiscales fueron las de Joaquín Balaguer, en medio de su peor crisis eco­nómica, en 1992, y la de Leonel Fernández, en su se­gundo mandato; las demás –otras cinco en los últimos do­ce años– que se citan, fue­ron simples parchecitos: Esta Reforma Fiscal, la oposición la dejará al Gobierno y sólo se sumará cuando evalúe su menor coste político.

En cuanto a la Reforma de la Ley de los Hidrocarburos –hechura de Alburquerque – que tiene amplio respaldo– de todo el que no sabe na­da de eso -, habremos de es­perar saber qué se desea mo­dificar de la Ley No. 112-00 creada exclusivamente pa­ra garantizar el pago de la deuda externa de entonces de poco más de USD$ 2,000 millones: Esa parte de la Ley nunca ha sido violada.

En cuanto a su Reglamen­to –que sometí a Hipólito Mejía en el plazo estableci­do en la norma y firmó en el Hotel El Embajador frente al empresariado–, luego de leer y de escuchar cientos de opiniones sin conocimiento del tema, todavía no encuen­tro qué cosa modificar.

Se habla de modificar el día elegido para la fijación del precio semanal… eso es intrascendente, algunos cri­tican la fórmula de fijación de los precios, empero esta, que surge de la Ley sólo cuantifi­ca las variables, ella no es el problema, son los impues­tos y elementos introducidos luego en una mala aplicación de la misma a lo largo de los últimos años.

Esas dos normativas, la Ley y el Reglamento, permi­tieron abrir el mercado a los dominicanos y terminar por aplicación de sus reglas con el monopolio extranjero de la Shell, así como el oligo­polio de ésta, Texaco y Esso fomentando la entrada de decenas de distribuidoras nacionales y de empresas de importación de todos los combustibles que hace 20 años ni soñaban con operar en este renglón: Desde en­tonces el país nunca ha su­frido desabasto como era usual antes.

Se dice que es necesaria la Reforma del Sector Ener­gía –que ya fue reformado sin éxito– en la primera ges­tión de Leonel y contrarefor­mado en la de Mejía: Estoy de acuerdo, sobre todo en el tema de la matriz energéti­ca. Esta reforma, Abinader ya la empezó hace un año, aun­que no ha presentado la par­te normativa que requiere de sanción congresual como es la desaparición de la CDEEE, esta ley debe pasar sin pro­blemas pues requiere de ma­yoría simple.

En los viejos tiempos de Balaguer el agua y el petró­leo eran las fuentes de ener­gía –insuficientemente servi­da, sobre todo porque pocos la pagaban-, con el desarro­llo económico, eso cambio y al llegar el presidente Abi­nader teníamos 2,837 MW nominales instalados de ori­gen térmico: 1,061 de car­bón, 1,140 de GN, 536.5 de Fuell No. 6, y 100 Fuel No. 2; si bien la energía hídrica había reducido su participa­ción notablemente, se aña­dió la energía eólica y mu­chos hogares se conectaron a la generación solar a través de programas de crédito co­mo el auspiciado por el BHD, pero viento y sol no están dis­ponibles todo el tiempo. Si operara todo el sistema de generación al 100%, en teo­ría, no habría apagones por déficits de generación; aun­que podrían seguir los finan­cieros.

Pero eso es una falacia, ninguna planta y menos vieja –como varias que te­nemos- opera a plena capa­cidad siempre, lo usual es que haya una baja en línea del 15% y una reserva de otro 15% para entrada in­mediata en caso de dificul­tades; salen de servicio por diversos motivos, manteni­miento y avería entre otros– como demostraron los re­cientes apagones, tenemos un sistema frágil.

Empero, soñando un po­co supongamos que estamos en equilibrio en términos de generación y consumo, muy caro por supuesto, lo que nos resta ventajas competitivas internas y externas, debemos considerar que en este cua­trienio la demanda aumenta­rá un 21%, a pesar de la caí­da de la economía del 2020 por la pandemia: Eso requie­re de una inversión a corto plazo sustancial cuyos fondos el Estado no tiene.

Esta inversión es en gene­ración y desde luego no inclu­ye los proyectos pendientes en relación con las redes de trans­misión que rondan los USD $1,000 millones y que deben ser enfrentados por el Esta­do dueño de las empresas de transmisión, aunque sea con fi­nanciamiento.

Ahora –como ya indica­mos- de sorpresa hemos te­nido apagones… que se de­ben –además de la ola de calor- a una demanda ac­tualizada después de la pan­demia, pues han reiniciado operaciones las industrias, el comercio y el turismo: El Gobierno debe buscarse rá­pido, con reforma o sin ella, 500 MW… y sobre todo, olvi­dándose de Compras y Con­trataciones, que se ha consti­tuido en uno de los mayores errores de la Administración y peor dolor de cabeza que la oposición.

 

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