Las experiencias ganadas en 2020 y 2021 en la lucha contra la pandemia del Covid-19, son nuestra mejor arma para enfrentar los retos que la peste sanitaria mundial nos depara para el 2022.
Cuatro rebrotes, con oleadas provocadas por las variantes –Beta, Gamma, Delta, Omicron- junto al primer desarrollo de la pandemia declarada en marzo de 2020, nos deja una estadística de más de 4,200 fallecidos y sobre cuatrocientos mil infectados.
El Gobierno ha tenido vacunas suficientes, en tiempo oportuno, con la logística apropiada a nivel nacional para inocular a la generalidad de la población, ya con unas 14,035 millones de dosis aplicadas –casi siete millones con la primera dosis, 5,6 millones con la segunda, y 1,4 millones con la tercera- y pese a que un reducido grupo no ha acudido a vacunarse y ha violentado las normas de prevención, podemos decir que la gran mayoría estamos mejor preparados para enfrentar la enfermedad, porque esto no ha acabado.
Vivimos de sobresalto en sobresalto, de rebrote en rebrote, lo que demanda una sociedad aún mucho más responsable para poder sortear y ganar una guerra ante la que no debemos amilanarnos.
Si hemos superado casi dos años muy duros, luchando sin desmayos para superar la crisis sanitaria, económica y social que nos ha impuesto la pandemia ahora, con más fe y decisión, debemos enfrentar los retos que nos trae el 2022.
27 de diciembre, 2021