La ‘independencia’ del Ministerio Público es una utopia.
Lo primero que hay que establecer es ‘independiente’ de quien, de qué, por qué.
El mecanismo, cual que sea, no es lo que determina que el nombramiento del Procurador General, sus adjuntos, los fiscales, esté fuera de la influencia, y por tanto dependencia, del Poder Ejecutivo, del poder político, del poder económico, de la presión mediática y de la denominada ‘sociedad civil’.
La ‘Independencia’ se logra cuando el Poder Ejecutivo ‘no se meta’ ni se imponga en la toma de decisiones, en ningún caso, cual que sea, que esté en ese ámbito judicial.
La ‘independencia’, se logra cuando la persona y/o los funcionarios que ocupe (n) el (los) puesto (s) en el Ministerio Público no acepten imposiciones, ‘líneas’, órdenes expresas y hasta ‘sugerencias’ del poder político, como tampocos sobornos económicos y/o morales, ni se aprovechen de su ‘poder’ para el ‘vedettismo’ en pos de escalar posiciones y/o hacerse gracioso en la sociedad, cuando no cedan a las ‘presiones’ mediáticas y de la llamada ‘socidad civil’.
Para lograr la ‘independencia’ no es necesario, entonces, una reforma a la Constitución, si no, simplemente, ser respetuoso, de parte y parte, de la verdadera separación de los poderes y del ejercicio del (los) cargo (s) con honestidad, prudencia, apegado a la ley, a la justicia, a la decencia.
20 de agosto, 2021