Desde su inauguración, en diciembre de 2008, hace justamente 13 años, la autopista del Nordeste fue satanizada. El alto costo de la obra para los recursos del fisco y el frecuente aumento del precio del peaje que debe pagar el usuario, le ganaron el título de ‘infame’, como lo catalogó el Presidente Luis Abinader este 9 de diciembre de 2021, al anunciar al país el final de ese contrato oneroso.
Fue promesa solemne ante la nación, en el discurso de rendición de cuentas, el 27 de febrero de 2021, y diez meses después el Presidente Abinader anuncia la conclusión de intensas negociaciones y el arribo de una decisión que libra al país de pagar unos $1,500 millones de dólares y que, más directamente a la población, al usuario de la vía, se traduce en una reducción sustancial del pago de un peaje abusivo.
Es el final de un episodio negro en la historia de la inversión extranjera en el país. Es la coronación de una decisión financiera, clara, valiente, tomada sin que se lesione nuestra imagen, de respeto a los compromisos contraídos como Estado.
Es un ejemplo, por tanto, que da confianza a los acuerdos de inversión público-privada, que hacen posible la realización de muchas de las obras que demanda el país.
Pero es, sobre todo, una advertencia clara y un compromise de la decisión del Presidente Abinader de que “con los dineros de los dominicanos, no se juega”.
10 diciembre, 2021
