Permítanme hoy unas disquisiciones.
No recuerdo cómo, dónde, en qué circunstancias fue que se conocieron. Si recuerdo que desde pequeño mi padre me mencionaba a Don José como su amigo. En varias ocasiones, Don José, me mencionó esa amistad. Igual recuerdo tengo de la amistad de mi padre con Don Víctor Méndez Capellán, al punto que este me llamaba ‘sobrino’. Hombres buenos que hoy no están con nosotros, por el ciclo natural de la vida. Creo, ambos están al lado del Padre Dios.
Era mediados de mayo de 2003, cuando en las horas de tensión que siguieron a la grosera intervención del Gobierno a los medios del Grupo Listín, donde había trabajado por casi 20 años -llegando a Director de los diarios Ultima Hora y El Expreso-, recibí una llamada telefónica de Don José, quien me encarecía pasar por sus oficinas la mañana siguiente. “Te pedí que vinieras para expresarte mi afecto de siempre y decirte que no quiero que tengas ningún problema económico, que tienes mi apoyo en cualquier proyecto que emprendas”. Fue directo, mirándome a los ojos. Nunca he olvidado aquel momento, como tampoco el de cuando me llamó para saber de mi salud, tras el episodio que me llevó al quirófano hace unos meses. Hace días, junto a Miguel Calzada hacía contactos para visitar a Don José, pero el tiempo nos jugó la mala pasada de poder cumplir ese deseo de amigos. Por ello, cuando este lunes recibí la información del fallecimiento de Don José León mi alma entristeció. Estoy seguro de que Don José está hoy con el Señor y ello me reconforta.
Adiós, buen amigo.