Si fue altamente responsable el Gobierno Dominicano al informar la no invitación de tres países a la Cumbre de las Américas, a celebrarse en Punta Cana el 4 y 5 de diciembre, fue mucho más responsable al anunciar la posposición del encuentro de presidentes, dado las tensiones políticas en la región, entre otros factores.
El 30 de septiembre, el Gobierno, a través de la Cancillería, informó en un comunicado que había cursado las invitaciones a la Cumbre, con excepción de tres países: Venezuela, Nicaragua y Cuba.
Este 3 de noviembre, por la misma vía, se informó la posposición del encuentro continental en razón de que “… (las) profundas divergencias (existentes, interna y externamente en varios países) (lo que) actualmente dificultan el diálogo productivo en las Américas…”
En un análisis que publiqué en Listín hace unas semanas, indicaba que República Dominicana no podía darse el lujo que la Cumbre fuera escenario para que un grupito de presidentes contestatarios, de esos que amparados en el populismo de ‘revolucionarios’ de izquierda tienen sumidos a sus pueblos en el encierro, la opresión y la miseria.
Y por eso se excluyó a Venezuela –que rompió relaciones con nosotros cuando criticamos el fraude electoral repetido de Nicolás Maduro y su camarilla-, a Nicaragua y Cuba, ambos gobiernos dictatoriales apartados de la OEA, organismo que organiza las Cumbres.
Hoy, en una acción de coherencia de Estado, el ambiente tenso de la región, con el enfrentamiento continental –y de Estados Unidos en especial- a la dictadura de Venezuela, así como la lucha contra ofensiva de los carteles de la droga, entre otras serias tensiones, más que aconsejaban la posposición de la Cumbre, correctamente decida por el gobierno dominicano.
Ya sabremos los detalles.



