“Ningún niño debe quedar fuera del aula… educación sin excusas ni exclusiones”.
Bajo este lema el ministro Luis Miguel de Camps y su equipo han expuesto a la nación el objetivo del presente y futuro inmediato de la educación nacional que se han trazado: la calidad en el aprendizaje.
En doce años de aplicación del presupuesto equivalente al 4% del PIB -el mayor de la administración pública- los avances en la calidad de la educación pública no satisfacen las expectativas, dado las serias deficiencias que acusa.
El ministro de Camps la tiene clara y se ha propuesto cambiar esa realidad con el desarrollo de un programa dirigido a aumentar la calidad en la educación para que nuestros niños, adolescentes y jóvenes logren una formación de primera, que los prepare para el futuro y los inserte, con mejores herramientas, en el mundo laboral.
Cinco ejes conforman este proyecto hacia esa meta por la calidad: 1) los aprendizajes aún tienen mucho espacio para mejorar; 2) se requiere que más jóvenes completen su trayectoria escolar; 3) el uso del presupuesto debe estar enfocado en resultados; 4) la infraestructura escolar aún presenta desafíos, y 5) seguir fortaleciendo la formación docente.
El desayuno escolar, los uniformes y libros, el transporte, la mejora de las infraestructuras, la capacitación de maestros, son temas del día a día.
Los ejecutivos de la ADP, de las asociaciones de padres, madres y amigos de la escuela, de organizaciones privadas, ejecutivos de medios de comunicación escucharon, bien claro, las metas trazadas por el ministro y su equipo.
El reto ha sido lanzado. Es una acción de sociedad. Es hora de actuar por la calidad de la educación nacional.