Miguel Franjul / [email protected]
El paso de emblemáticas revistas a la impresión digital es otro indicativo elocuente que viene a confirmar el derrotero inevitable al que se enfrenta el soporte papel en el nuevo ecosistema de la información.
De hecho, las más recientes mediciones de lectorías de medios impresos y digitales en el mundo refuerzan esta tendencia hacia la transformación, debido a la creciente audiencia de usuarios de las plataformas digitales, en especial las llamadas redes sociales.
Mas del 80 % de los lectores se informan, se entretienen o se documentan a través de los medios digitales, una realidad que ha forzado a la prensa escrita a acelerar su fusión con dichas plataformas.
El punto severo de esta inflexión se registró con la pandemia del coronavirus, que hizo desaparecer o migrar hacia lo digital a centenares de reconocidos periódicos, nacionales o regionales, por falta de sustentación ante la pérdida de ingresos publicitarios y suscriptores.
La decisión reciente del grupo editorial Dotdash Meredith de cerrar las publicaciones impresas de seis de sus revistas más famosas, como People en español, para llevarlas al formato digital, es un reflejo de este cambio.
La otra circunstancia relevante y decisiva es el hecho de que la gran audiencia de hoy, nutrida por usuarios digitales que consumen contenidos por teléfonos móviles inteligentes, tabletas o laptops, desecha el papel y no tiene ningún interés en el modelo de periodismo de los diarios tradicionales.
Existiendo esta desconexión, no quedaban muchas alternativas para los medios escritos que apostar a la convergencia con lo digital para preservar y ganar más audiencia y, por supuesto, más ingresos y vías de sostenibilidad.
Ahora, lo inevitable se ve y se siente con más claridad y sentido del apremio. La balanza se ha inclinado y es difícil revertirla.