Mientras Abel Martínez lucha a brazo partido por posicionarse en el escenario real de los presidenciables, apoyado en la estructura del PLD, Leonel Fernández apura esfuerzos por convertirse en el líder de la oposición y rival referente de Luis Abinader para la consulta del 2024.
Las candidaturas presidenciales de Abinader, Abel y Leonel son un hecho, pero las plataformas estructurales para organizar sus campañas son muy diferentes, lo que podría ser un factor de más o menos en la participación cuantitativa electoral.
Este es el escenario:
• El PLD, zarandeado por los efectos división de 2019 y el estigma de las acusaciones de corrupción que afectan seriamente su imagen política, sigue siendo considerada como la fuerza partidista mejor organizada, pero carente de un candidato-líder de la fortaleza personal que exhiben sus dos principales rivales, lo que obliga a Abel a estar, día a día, en la polémica pública, con declaraciones contestarias al quehacer cotidiano, con un despliegue de encuentros multitudinarios, reuniones, contactos.
• Leonel, apoyado en la experiencia ganada en tres gestiones de gobierno, apuesta a la competencia frente a Abinader en el 2024 basado principalmente en exposiciones mediáticas cotidianas y de sus ‘generales’ políticos, mientras se le atribuye no contar con las ‘tropas’ suficientes para organizar una plataforma electoral.
De ahí que los analistas políticos coinciden en que la fuerza de Leonel está en la ‘marca’ que le da su nombre, mientras la de Abel en la fuerza de su partido.
Los tres, Abinader-PRM, Abel-PLD, Leonel-FP, coinciden hoy –con otras diferencias- en posicionarse mediáticamente en la conquista de contrarios, lo que al final del camino no será determinante para la buscada victoria.
Se necesitan muchos otros factores.
