Los que me preguntan ‘como ves la cosa’ coinciden, la gran mayoría, en que en este momento el Presidente Luis Abinader tiene todas las de ganar la reelección en 2024.
Sin embargo, algunos -también no pocos- entienden que las divergencias que separan a Leonel Fernández, FP, y Abel Martínez, PLD, podría provocar que un tripartidismo lleve a un balotaje por lo que ambos partidos, que luchan hoy por ser la cabeza de la oposición política al gobierno del PRM. La experiencia de las elecciones del 2000, con un tripartidismo PRD –con Hipólito Mejía-, PRSC –con Joaquín Balaguer- y PLD –con Danilo Medina- arrojó un resultado de segunda vuelta –no realizada por la decisión de Balaguer, que convenció al PLD de que no era prudente, pues la mayoría que había logrado el PRD -49,87%- era dificil de revertir
Hoy, PLD y FP entendiendo que quien quedara en segundo lugar para una eventual segunda vuelta en mayo del 2024, podría recibir el apoyo del tercero y competir con mejores posibilidades frente a Abinader, tratan de atribuirse el liderazgo de la oposición. Es en este escenario que hoy el PLD y la FP –y también el PRM- se decantan por la conquista de dirigentes de sus contrarios, como forma de, al tiempo de promocionar fortalezas, tratar de ‘debilitar’ las otras estructuras.
Esto está generando resquemores, incomodidades y hasta quejas internas, toda vez que los que ‘llegan’ son recibidos ‘por todo lo alto’, con posiciones ejecutivas y expectativas de candidaturas, aún en desmedro de los esfuerzos intestinos que hacen los locales, por la consolidación de sus organizaciones y de sus aspiraciones legítimas.
