Antes nos bastaba una buena narrativa de la realidad, en forma de crónica o reportaje, para ofrecer a los lectores un contenido atractivo y útil.
Si se trataba de la cobertura de un hecho noticioso, el rigor de una descripción que diera cinco respuestas elementales al episodio, resultaba abarcadora y satisfactoria.
El texto, entonces, tenía la primacía hasta que la imagen, la gráfica pura y simple, no animada como ahora, complementaba la contextualización.
Esos paradigmas fueron perdiendo relevancia y, en esta época de impresionantes desarrollos tecnológicos, el periodismo ha tenido que evolucionar al mismo ritmo, o se vacía.
Estamos en la época de lo audiovisual, en la que los “lectores” o usuarios de las plataformas digitales consumen más contenidos visuales o de audio, o un compuesto de ambas.
Ahora se precisa echar mano a otros recursos de la narrativa para “poner en escena” la noticia, como si se tratara de un documental o una mini obra cinematográfica.
Y en base a esas expectativas es que se forman los actuales estudiantes de la comunicación social.
Paradójicamente, esta novedad no ha hecho que el formato texto muera de un infarto.
Por el contrario, la formación de los periodistas multimedia integra necesariamente la enseñanza de la literatura, como herramienta básica para modelar una narrativa de calidad, que sea el soporte de los guiones requeridos para la “puesta en escena” de la noticia.
Con el manejo de las cámaras fotográficas o de los teléfonos inteligentes, los métodos de edición y, en algunos casos, un poco de destreza escénica de los reporteros, la noticia cobra otros relieves.
Enseñar gramática y literatura, en procura de dotar a los nuevos periodistas de estas herramientas fundamentales para poder formatear los productos audiovisuales que hoy consume la mayoría, es la tarea irrenunciable, ahora, de nuestras facultades de comunicación social.
El texto, finalmente, sigue siendo un soporte de valor, siempre y cuando se oriente a una narrativa de calidad, estética y literaria, que permita proyectar la realidad actual del mundo en sus múltiples facetas.
