El escarceo que ha originado el incidente en que se vieron envueltos una fiscal y agentes policiales en Higuey revela, creo, además del morbo desatado en las redes sociales, la visión de la sociedad sobre el actuar de los organismos represivos, en este caso policías y fiscales.
• ¿Qué disposición legal establece la facultad de circular por la ciudad en un vehículo sin placas, por más empleo de fiscal que se tenga?
• El que la fiscal de marras desobedeciera el ‘alto’ de la patrulla y se dirigiera a un destacamento para ‘dirimir’ el tema, indica claramente la desconfianza de los ciudadanos en los policías y lo que temen pueda pasarles en una calle con una patrulla que los detiene, un episodio muchas veces replicado y denunciado.
• El ‘forcejeo’ de palabras y físico entre la fiscal –todo ‘poderosa’ por su rango- y los policías –apoyados en su condición de ‘dueños’ de las calles-, que mandan a callar en tono amenazante, empujan, estrujan, esposan, encarcelan. Las denuncias de ese tipo de comportamiento, de abusos policiales en las calles y cuarteles son recurrentes. Precisamente en la fecha, se sentencia sobre la muerte de David de los Santos, asesinado a golpes en un cuartel tras un episodio en una plaza comercial de la capital.
El tema ha derivado en un ‘forcejeo’ policía-ministerio público, lo que no es nuevo, pero que hoy se dirime en quien tiene poder sobre quien, mientras la gente lo que ve y aprende es que si esto es ‘entre ellos’, que no ocurre cuando algún buen hijo de vecino cae en las garras de unos u otros y a veces de ambos.
