Hace algunos meses revelé en este mismo espacio acerca de la tendencia existente en el ambiente político encaminada a un salto de todos los aliados del Partido de la Liberación Dominicana en los comicios de 2020 que en las próximas elecciones apoyarían la repostulación del presidente Luis Abinader.
En la última semana se ha confirmado, en forma paulatina, aquel adelanto, y al día de hoy, de aquellos aliados de la formación morada solo le quedaría el espacio para negociar con el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), que, dicho de pasada, fue el que más aportó—el 2.38 por ciento—al invento de Danilo Medina personalizado en Gonzalo Castillo.
Refería acerca de que aquella boleta electoral en la cual el rostro de Castillo apareció en ocho casillas adicionales al PLD y al PRD, para la contienda del próximo mes de mayo quedaría reconfigurada, pues en lugar del candidato peledeísta—en cuyo caso es Abel Martínez—la cara que aparecería es la de Luis.
A la fecha, el presidente-candidato ha sido proclamado por todos esos partidos otrora vinculados al PLD, seis de los siete que le apoyaron en 2020—excepto el Frente Amplio—, y se espera que lo hagan el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) y la Fuerza Nacional Progresista (FNP).
Estas dos últimas formaciones lo harían en detrimento del bloque que encabezará el expresidente Leonel Fernández, recordando que su candidatura fue personificada por el PRSC.
Las proyecciones más firmes son de que el rostro del presidente-candidato aparezca en al menos diecisiete de recuadros de la boleta electoral, abriendo la posibilidad de que se le sume Alianza País, en caso de que los negociadores del Partido Revolucionario Moderno lograsen domar el ego de Guillermo Moreno.
Además, es probable que varios de los nuevos partidos que irrumpen por primera vez en la confrontación electoral, se inauguren con una alianza que postule la reelección del presidente.
Asistiríamos a un escenario de fortaleza incuestionable, si tomamos en cuenta que ese conjunto de aliados le aportaría al candidato del PRM cuando menos seis puntos porcentuales, asumiendo que, en el peor escenario, mantuvieran la misma votación de 2020.
Abinader está construyendo una alianza con las mismas características y empuje de los bloques partidarios que dieron tanto éxito a los expresidentes Fernández y Medina.