El libre ejercicio del voto, la concurrencia masiva de la población a las urnas y sus resultados, son el más grande evento que consolida la voluntad ciudadana en la escogencia de sus autoridades pero, más que ello, en el afianzamiento de la democracia.
La Junta Central Electoral ha conformado y ejecuta toda una estructura de plenas garantías para que las elecciones sean ejemplares -con ‘periquitos’, quejas y demandas incluidas-, y que satisfaga las exigencias y expectativas de partidos y población confiados, la generalidad, en que el ejercicio del voto será respetado y constituirá la decisión de las mayorías.
Las elecciones municipales del pasado 18 de febrero -primer ejercicio general en las urnas, luego de los accidentados comicios de 2020- fueron un ejemplo de que se puede organizar y realizar con éxito, un proceso en libertad y con transparencia.
Hoy, como colofón, vemos con entusiasmo como el debate público, cara a cara de los candidatos, parece institucionalizarse en el país.
El camino lo abrió la cadena de radio RCC-Media con los debates de los precandidatos a senadores y diputados, seguido de las confrontaciones entre los candidatos ya escogidos e inscritos bajo los auspicios del Consejo Económico y Social (CES) y el apoyo de importantes medios de comunicación.
Ahora, la joya de la corona: el debate de los candidatos presidenciales, fijado para el 24 de abril, al cual han aceptado acudir el presidente Luis Abinader, del PRM, Leonel Fernandez, de FP, y Abel Martínez, del PLD.
Un ejercicio del que estoy convencido, el gran ganador serán la población y la democracia dominicana.