La República Dominicana enfrenta nuevamente un severo brote de dengue que, en poco tiempo, ha resultado en miles de casos reportados, produciendo un casi colapso del sistema de salud en varias localidades del país. Para colmo, la falta de información hace más grave la situación, ya que desde mediados de septiembre el Ministerio de Salud Pública no publica los boletines epidemiológicos semanales, un retraso que no se había registrado en años.
En este contexto, numerosas familias padecen la angustia de tener a sus hijos afectados por el dengue, a menudo sin la posibilidad de hospitalizarlos. En paralelo a este drama familiar, el escenario político se ve envuelto en una espiral de acusaciones, unos “dimes y diretes” que posiblemente entretenga a algunos actores políticos y centinelas digitales, pero que pocas veces enriquecen el proceso de políticas públicas.
En consecuencia, es necesario que reorientemos la mirada hacia las posibles acciones que ayuden a reducir la incidencia y letalidad del dengue, donde cada uno ponga su granito de arena en esta dura batalla. Si bien las medidas tradicionales son esenciales, sobre todo la eliminación de criaderos y la fumigación, las tecnologías emergen como aliadas poderosas en esta lucha.
Gracias a la inteligencia artificial (IA), hoy es posible desarrollar modelos predictivos que, basados en una amplia gama de variables (desde factores climáticos hasta patrones de movilidad humana), predicen con notable precisión la aparición y desarrollo de brotes, permitiendo a las autoridades sanitarias actuar proactivamente y concentrar los esfuerzos en las áreas identificadas como prioritarias.
Lejos de ser una quimera, ya hay experiencias en el país en el desarrollo de este tipo de tecnologías. A modo de ejemplo, un grupo de jóvenes emprendedores dominicanos crearon la empresa de health-tec Hayat (anteriormente conocida como AIME) que con modelos de inteligencia artificial generó predicciones de brotes epidémicos en Malasia, Brasil y Filipinas. Además, durante la pandemia de COVID-19, lanzaron en Malasia la aplicación Selangkah, la cual facilitó la gestión gubernamental de la crisis al lograr el registro de más de 2 millones de usuarios.
Por otro lado, los drones también pueden jugar un papel vital, pues estos dispositivos pueden sobrevolar áreas específicas e identificar potenciales criaderos de mosquitos, generando información que permite optimizar las acciones de fumigación. Además, estos datos permiten mejorar los modelos de predicciones epidemiológicas, a fin de anticipar dónde hay que disponer de un mayor número de equipos de salud.
Por otro lado, los drones también pueden ser utilizados para transportar y liberar mosquitos macho tratados con la técnica del insecto estéril (TIE), lo cual disminuye significativamente la propagación de estos insectos al inducir la esterilidad de la población de mosquitos hembra.
Al respecto, este método de transporte de insectos estériles por drones ya ha sido probado exitosamente en países latinoamericanos como Argentina y Ecuador, en ambos casos usando drones e insectos estériles en el manejo de moscas de frutas.
El Internet de las Cosas (IoT) es otra herramienta en ascenso, pues sensores estratégicamente ubicados pueden detectar condiciones propicias para la multiplicación de mosquitos, tales como lugares de altos niveles de agua estancada o zonas de alta presencia de insectos en el aire.
La transmisión de información en tiempo real permitiría a las autoridades de salud realizar rápidamente intervenciones en dichos lugares.
Por otro lado, las aplicaciones y plataformas de redes sociales pueden ser utilizadas para educar a la población sobre detección de posibles casos de dengue en la familia, así como información en tiempo real de qué hacer ante la presencia de síntomas y a qué centros de salud asistir.
Es importante aclarar que el uso de estas y otras tecnologías complementan las acciones tradicionales de prevención y manejo del dengue, en ningún caso sustituyen las medidas que durante años se han venido implementando. Por tanto, es importante continuar apoyando y reforzando las labores de las autoridades de salud, así como de los equipos de las direcciones provinciales y los centros de salud.
En definitiva, el dengue ha sido una preocupación constante para la República Dominicana, razón por la cual debemos estar atentos a este problema que periódicamente golpea nuestro país, integrando las tecnologías modernas a fin de fortalecer los esfuerzos de prevención y manejo que realizan las autoridades sanitarias dominicanas.
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(Tomado de Listin Diario)