“Donde antes había ausencias y tardanzas, ahora hay asistencia y puntualidad… donde había peligro, ahora hay confianza”
Jeremías Mateo, un jovencito de 14 años, caminaba más de cuatro kilómetros todos los días, en un trayecto de casi una hora y media, bajo el sol, la lluvia o el polvo, para llegar a la escuela Maguana Abajo, en Las Canas, de Hato Nuevo, San Juan de la Maguana, escenario en que había puesto todos sus sueños: estudiar para lograr un mejor futuro.
La escena se repite en Pedernales, donde Agustina Pérez Segura trata de educar a sus siete hijos, quienes se exponían a las inclemencias del tiempo, el peligro de la carretera que recorrían entre su hogar y el centro educativo Hernando Gorjón, un trayecto a pies de aproximadamente una hora.
En El guano, Baitoa, de Santiago, como en Mao, Valverde, la experiencia es la misma para los dos hijos y tres sobrinos de Carmen Rosa Castillo López, y para Jenny Rosa Ramos, madre de Yamelis Ramos,
Estos peligros que para ir a la escuela enfrentaban los muchachos y las tensiones que generaba en los padres, hoy es tema del pasado. Los niños, adolescentes y jovencitos, y sus padres, ya no temen el traslado a las escuelas, a pies, bajo sol, agua, lodo, polvo, por caminos pedregosos y/o el peligro de los vehículos que les cruzan a pocos metros.
El cambio se ha producido desde la entrada en operación del servicio de Transporte Escolar Gratuito (TRAE), un programa gubernamental, coordinado por el Ministerio de Educación con apoyo del INTRAN y Digesset, que ya opera en las 32 provincias del país, con una flota de 1,871 autobuses, distribuidos en 660 rutas.
El TRAE fue concebido para resolver uno de los mayores desafíos del sistema educativo dominicano: garantizar el acceso seguro y asequible a las escuelas, especialmente en comunidades rurales y periurbanas.
“Donde antes había ausencias y demoras, ahora hay asistencia récord y puntualidad… donde había peligro, ahora hay confianza”, afirma la supervisora de la escuela Maguana Abajo.
“El bus pasa llueva o truene… ”, señala la educadora Alba Concepción, de Barahona. “Los estudiantes llegaban empapados o no llegaban. Ahora llegan listos para aprender”, agrega.
En distintos puntos del país, familias y estudiantes describen un cambio profundo en su rutina. Madres y padres, que enfrentando las dificultades y peligros enviaban a pies sus hijos a la escuela, o los que disponían de sus pocos recursos económicos pagaban pasajes diarios en transportes informales, como la cama de una camioneta o de un camión o aperruchados en el sillín de un motor, aseguran que TRAE les ha llevado tranquilidad y evita gastos, lo que ha ayudado a mejorar la calidad de vida de la familia.
Uno de los logros relevantes del TRAE es su enfoque inclusivo, ya que dispone de 50 autobuses adaptados para estudiantes con discapacidad, equipados con rampas y asientos especiales. Por ello, en Bonao, La Vega y Santo Domingo niños con movilidad reducida han podido asistir, por primera vez y de forma regular, a clases escolares.
Satisfacción
El presidente Luis Abinader cita su satisfacción con el programa: “Los niños y niñas pueden ir a la escuela con mayor seguridad y mucha más comodidad… los padres y las madres, sobre todo, están más tranquilas para ir a trabajar, porque saben que sus hijos están en mejores manos, con un transporte dedicado a la educación”.
El ministro de Educación, Luis Miguel Decamps, dice que desde hace dos años el TRAE ha facilitado el traslado seguro, digno y gratuito de miles de estudiantes del sector público preuniversitario “garantizando que lleguen puntuales y en condiciones adecuadas a sus centros educativos”.
El programa TRAE apunta a beneficiar unos 1.9 millones de estudiantes en todo el país. A finales de agosto 2025, los autobuses de TRAE habían realizado unos 36 millones de viajes, de ida y vuelta, transportando estudiantes por todo el país, lo que indica el éxito del programa.
El director ejecutivo del TRAE, Onéximo González, informa que desde el Centro Georreferenciado de Control y Monitoreo, equipada con pantallas gigantes, GPS y cámaras conectadas a todas las unidades, se coordina y supervisa cada autobús del sistema en tiempo real, se visualizar la ubicación, velocidad y condiciones de cada vehículo, emitiendo alertas automáticas ante cualquier irregularidad.
Ahorro en tiempo, dinero y con seguridad
Jeremías dice que gracias al transporte escolar, su historia de vida cambió por completo… ahora llega a la escuela en apenas unos 17 minutos, seguro y con energía para aprender, mientras para Carmen Rosa Castillo, por el transporte a la escuela de sus cinco niños ya no tiene que pagar los $8,500 pesos mensuales.
La madre de Yanelis, Jenny Rosa Ramos, quien trabaja en una banca de lotería y se levantaba de madrugada para llevar a su hija a la escuela en una pasola, comenta: “Hoy todo es distinto, ahora mi hija va cómoda, seguro y rápido”.



