Santo Domingo, República Dominicana, viernes 20 de septiembre, 2024

Un ciclón batatero con mucho clientelismo y demasiada abstención

Con sus irregularidades y aspectos por mejorar, hemos celebrado otro proceso electoral fundamentalmente democrático, transparente y muy bien organizado por la JCE.

Entre los principales desafíos destaca el monstruo del clientelismo, tan incrustado en nuestra cultura. Otro tema para ocuparnos es que la abstención ronda el 60%. El dato debería decirle algo a la partidocracia reinante (PRM, PLD, FP) and friends.

El alto nivel de clientelismo en nuestros procesos electorales muestra la mala salud de nuestra democracia, a pesar de nuestros avances y nuestra estabilidad política con relación a buena parte de los países de la región, pero ¡cuidado!, ya lo dice el refranero popular, “mal de muchos, consuelo de tontos”.

Y es que, a pesar de esos avances, nuestras elecciones siguen siendo un ejercicio económico-empresarial para las élites (por sus cuasi obligadas inversiones electorales); para los miembros de la amplia clase media en su lucha por seguir siéndolo; y para una parte de los pobres nacionales que aprovecha el jolgorio electoral para aliviar, aunque sea por un güikén, su condición de pobres.

Las claques de fanáticos pagados por los partidos, colocadas en la entrada de los colegios, o los “coordinadores” de compra y venta de votos en callejones, colmadones y “piezas”, parte atrás, son prácticas fundamentales en la lucha electoral… y sin inocentes, ya dije.

Visto los resultados de estas municipales, un ciclón batatero que superó las expectativas de los propios triunfadores, digamos que la alianza de los PLD #rescateRD, signada por los resquemores acumulados del 2007, 2012/13 y 2019, no fue capaz de rescatarse a sí mismo y menos al país al que torpemente se han negado a pedir perdón por los excesos éticos, que, a pesar de su buena gestión de políticas sociales y sus aciertos en la lucha contra la pobreza (revisar estadísticas) cometieron en los finales años de sus gobiernos en verde (2008 al 2012) y en morado (2016-2020). Vuelvan a hacer memoria.

La derrota del PLD en 2020 dio título a mi más reciente libro, “El Precio de vencer”, (en librería Cuesta, con descuento). Nada tan difícil como argumentar contra el éxito. Hablo de la maldición del tercer período consecutivo; una tentación y maleficio latinoamericano al que, ante este ciclón batatero y sus efectos, tendrá que resistirse a partir del 16 de agosto, Luis Abinader. Aprender de errores ajenos es cosa de sabios, Presidente.

 

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