A lo largo de 55 años, la lucha por la libertad de prensa ha sido intensa en República Dominicana.
Lo más irónico, sin embargo, es que esa lucha no la hemos llevado únicamente contra los gobiernos. Ha sido también, la más de las veces, contra periodistas, políticos, sectores de ‘poder’ y hoy frente a los que se auto titulan ‘comunicadores’, ‘youtubers’, ‘influencers’, ‘publicadores’ en las redes sociales.
Y me explico. En República Dominicana, desde que iniciamos el actual proceso democrático, en 1966, no se ha desarrollado una política de Estado, como tal, contra la prensa. Sí ha habido gobiernos, y lacayos que los aúpan y aplauden, en acciones contra el ejercicio periodístico, como ocurrió en 2003 con la grosera intervención de periódicos, estaciones de televisión y radio, que algunos de los promotores pensaron le servirían para un proyecto político de reelección.
A finales de los ‘80, un grupúsculo de periodistas ya habían intentado apoderarse del control de la prensa tratando de imponer una colegiación obligatoria, que exigía una licencia para poder ejercer el derecho a trabajar en un medio de comunicación.
Hoy periodistas -algunos de aquellos de los ‘80 y la colegiación-, que junto a ‘comunicadores’, tremendistas de las redes sociales, de grotescos programas sensacionalistas, políticos populistas irresponsables y otros que buscan fortuna con el chantaje y la extorsión, pretenden descalificar los esfuerzos que en aras de actualizar la obsoleta ley de prensa -que data de 1962- procura poner orden en el ejercicio de un derecho tan sagrado.
La lucha ha sido dura, pero se ha impuesto el periodismo basado en la verdad, la objetividad, la honestidad, la libertad. Espero, ahora también lo lograremos.