Al cerrar un año, hacemos una retrospectiva poniendo en una balanza las altas y bajas que han rodeado y caracterizado nuestras vidas en ese período.
• El 2023 para mí no ha sido un año más. Ha sido un período especial, de experiencias sin precedentes -pude superar con éxito problemas de salud que me llevaron inesperadamente al quirófano, por primera vez en mi vida-, de retos, de logros, de temores y alegrías, de toma de decisiones. Con una familia estable y solidaria, amigos que me inyectaron confianza y optimismo en mi tránsito por Cedimat y durante mi excelente recuperación.
• Para el país, un año de muchos desafíos. Algunos puntos: •la lucha por superar los problemas de la economía -inflación y crecimiento incluidos-; •las tensiones con Haití, que llevó a medidas drásticas como el cierre de frontera -mientras el país insiste por una ayuda internacional para enfrentar la crisis haitiana-; •lograr armar, con éxito, la carpintería para las elecciones -con la celebración de las primarias en los partidos y la conformación de candidaturas y alianzas- fijadas para febrero y mayo de 2024; •lograr la llegada de 10 millones de turistas en un año. Muchos retos se quedaron en el tintero: •el caos en el tránsito vehicular; •la seguridad ciudadana, entre otros.
• Para el mundo un año de tensiones, matizado por las guerras -Rusia-Ucrania, Israel-Hamas-; inestabilidad democrática en el continente -Ecuador, Guatemala, Nicaragua, Perú, Haití, por ejemplo-; las luchas por las libertades.
Un año, en fin, lleno de experiencias -necesarias al llegar a las puertas del 2024- en lo personal, de cara al país y mirando al mundo.