Santo Domingo, República Dominicana, viernes 26 de abril, 2024

Austeridad justifica freno en la inversión pública

  • Inicio de nuevas obras están lentas pero se ‘cosecha’ con los ‘mangos bajitos

 Manuel A. Tobías

Especial para HoraxHora

La declaratoria de una rígida austeridad en los gastos del gobierno central cae como anillo al dedo para explicar, o justificar, una notable reducción en la inversión pública que ejecuta la Administración, tanto de obra nuevas anunciadas como en ejecución, mientras calladamente se pagan deudas acumuladas de contratos ejecutados o en su última etapa.

El presidente Luis Abinader no ha parado un solo día en sus recorridos por todo el país, dando primeros picazos de nuevas obras y haciendo anuncios de promesas e inversiones multimillonarias, muchas de las cuales no han iniciado por una evidente prudencia en el gasto, más que una falta de recursos en las arcas del Estado, una forma de prudencia por los imponderables de una economía en crisis debido a los estragos de la pandemia. Por el contrario, el Gobierno ha anunciado cobros sin precedentes y por encima de lo presupuestado, en Impuestos Internos y Aduanas, así como con una gran reserva en dólares en el Banco Central, gracias a los volúmenes logrados en la colocación de emisiones de bonos y préstamos.

Y es que el grueso de los recursos del Estado presupuestados para gastos de inversión han estado dirigido a cubrir la situación de la salud por la pandemia del Covid-19 (hospitalizaciones, pruebas PCR, hailitación y operatividad de hospitalles, incluido aumento sustancial del, personal médico, vacunas, operativos para la vacunación, etc); los programas de asistencia social dado la pérdida de trabajos, reducción sensible del poder adquisitivo entre las clases más pobres y vulnerales económicamente del país; la educación con la millonaria inversión de las clases virtuales.

Los ‘mangos bajitos’

A decir de ingenieros, suplidores, contratistas en diferentes áreas de la administración pública “las cosas están muy lentas” aunque admiten que en algunas dependencias se está cumpliendo con pagar deudas atrasadas, lo que se ha hecho llamar entre los profesionales como “los mangos bajitos” ya que con estas operaciones se “moviliza” el sector aunque algunos que “diligencian” internamente los cobros obtienen porcentajes importantes de las acreencias pendientes que son saldadas.

Asimismo, se están ejecutando, a decir de ingenieros, contratistas, suplidores obras que están en su etapa final antes que iniciar nuevas, ya que en muchos casos con los avances que tendrían que aplicar para arrancar una, se puede cubrir otra ya casi lista para entrega. Además de que los avances de obras generalmente se invierten por completo, y hasta más, para poder hacer futuras cubicaciones que es cuando se comienza a obtener beneficios, mientras que los suplidores de insumos generalmente tienen que hacer inversiones propias y sus ganancias están cuando se les liquidan los contratos. En ambos casos, entonces, dejar un ‘peaje’ para poder obtener con menos traumas y dilaciones, resulta mas beneficios que pérdidas, en contabilidad realista.

En varias instituciones “hay fondos, no excedentes pero si suficientes autorizados para cumplir requermientos, pero se ha optado por el camino más cómodo, que no es precisamente abrir nuevos frentes de trabajo, si no saldando o abonando a cuentas pendientes, porque así se mueve mejor el motor que dinamiza esas dependencias y se obtienen mejores beneficios indirectos a favor de agilizar dichos pagos”, cuentan los contratistas de diferentes dependencias, en comentarios que son secreto a voces.

 

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