Manuel A. Tobías
Especial para HoraxHora
Mientras se espera la aún incierta intervención de una fuerza políaco-militar para enfrentar las bandas criminales que han sumido a Haití en la violencia extrema y un baño de sangre, grupos políticos, empresariales y de otros sectrores de la sociedad civil haitiana tratan de conformar un Consejo Presidencial que de manera provisional pudiera tomar el control de la nación para iniciar un proceso en que se imponga la autoridad de la policía y de algun tipo de garantías de seguridad a la gente del pueblo.
La República Dominicana, entretanto, mantiene una prudencial distancia de la situación de violencia extrema que se registra a lo interno de Haití, de las negociaciones para la conformación del gobierno provisional y de las acciones de intervención policíaco-militar anunciada. El Estado dominicano, encabezado por la figura del Presidente Luis Abinader, sigue su política de presión a la comunidad internacional para que vaya en auxilio de los haitianos en busca de soluciones que conjuren la viiolencia e inestabiliad política, social, económica y la crisis de alimentación y de salud, al tiempo que coopera militantemente, pro con cierta cautela, en las acciones de evacuación de personal diplomático, extranjeros y dominicanos residentes en Haití y que huyen de la crítica situación imperante.
Miles hansido asesinados por las balas de las bandas que dirigen grupos fuertemente armados, en que sobresale el violento delincuente Jimmy Chérizier, alias ‘Barbecue’, quien ha jurado lavar con sangre sus acciones criminales frente a las fuerzas de internvención que encabezarían efectivos de Kenia y que compondrían soldados y policías de varios países del continente y de otras naciones.
El Consejo Presidencial, compuesto por nueve dirigentes políticos y empresarios altamente conocidos en Haití, ha navegado en un mar de turbulencias para poder conformarse y poder actuar, toda vez que por lo menos dos de ellos renunciaron antes de la primera reunión y los otros no parecen ponerse de acuerdo en torno a las medidas a tomar para enfrentar la crisis que agobia ese país.
Hití vive bajo un estado de teoque de queda, renovado cada tres días desde hace varias semanas, en procura de evitar que la gente circule por las calles controladas por las bandas criminales que, a su vez, tienen conflictos entre sí.
Un tema que ha quedado en la incógnita en los últimos días es el papel que en este punto de la crisis estaría jugando en ex jefe de la policía haitiana, Guy Phillippe, quien se ha declarado enemigo jurado del gobierno del primer ministro exiliado Ariel Henry, quien se encuentra en California, Estados Unidos, al tener impedido entrar a su país desde hace semanas y quien ha dichio que presentará su dimisión oficialmente cuando se conforme el Consejo Presidencial, propuesto por el CARICOM con el respaldo de la ONU, la OEA y varios países grandes, como Estados Unidos, Francia y Canadá, llamados el grupo de países amigos de Haití.
En este limbo de la crisis haitiana, la República Dominicana ha aflojado las medidas de profesión, en especial con la apertura y flexibilidad de los mercados binacionales en procura de que los haitianos obtengan alimentos y otros artículos de primera necesidad, pero ha resistido las provocaciones que se producen desde el litoral haitiano en procura de abrir fricciones que desvien la atención de su crisis interna a un eventual conflicto binacional. En ese tenor, la autoridad nacional no ha obtemperado a provocaciones como el desvío definitivo de las aguas del río Dajabón-Masacre u acciones en entorno de la frontera con provocaciones de haitianos que han cometido hechos ilegales, como tampoco de prsiones de grupos, como el ACNUR, de Naciones Unidas que intentaba poner ‘reglas’ a la repatriación de indocumentados detectados en el lado dominicano.
Este miércoles la OEA ha covocado a su Consejo para analizar la crisis haitiana y tratar de tomar acciones directas, en apoyo a los esfuerzos del CARICOM y sectores internos en Haití en favor de lograr acuerdos que lleven a una distensión de la explosiva situación.
Manuel A. Tobías es Economista y Sociólogo