Juan Acosta
Especial para HoraxHora
El ex Secretario de las Fuerzas Armadas, José Miguel Soto Jiménez, considera que la masiva migración de haitianos indocumentados a la República Dominicana está provocando serios trastornos a la vida nacional, tanto en lo social, económico y hasta en lo religioso, por lo cual entiende hay que buscar fórmulas claras, precisas, directas para frenar la situación sin que se violenten los derechos de los demás.
El ex jefe militar manifestó que la migración ilegal que sufre el país “quita al dominicano los beneficios de la democracia, la agrava y disputa la pobreza, la miseria, a través de lo que llamamos economía informal” citando que “ya los vendedores de frutas, helados, guardianes, jardineros, son en su mayoría inmigrantes haitianos indocumentados, por lo que el tema se ha unido a la inmensa mayoría de los dominicanos”.
En una entrevista con el periodista Ruddy L. González, para el programa Oye País, por Color Visión, Soto Jiménez, quien es escritor e historiador, declaró que “no hay en el país un tema que una más a los dominicanos que el referente a la masiva presencia de haitianos, incluido las denominaciones religiosas y los partidos políticos, que el referente a la desbordada presencia haitiana, por la carga de resentimiento histórico justificado y las agresiones que recibido el pueblo, desde su independencia”.
Refirió que las agresiones de los haitianos contra los dominicanos tuvieron las características de depredaciones, citando al respecto la matanza ordenada por Dessaline, en Moca, así como la represión impuesta durante la ocupación por el general Boyer. “Fue tan atroz, que en algunos momentos los dominicanos no podían juntarse más de tres, porque aparecía el hombre de cadie (cuaderno, en francés), haciendo anotaciones. Es de ahí de donde nace la expresión del calie”, subrayó e indicó que “otro atropello de la dominación haitiana en la parte oriental de la isla fue la clausura de los centros educativos, por lo que la juventud no pudo recibir las enseñanzas formales en ningún nivel, teniendo las familias más adineradas que enviar sus hijos al exterior”.
La comunidad internacional
Soto Jiménez, quien fuera secretario de las Fuerzas Armadas (2000-2004) considera que la permanente queja de República Dominicana acerca de la migración de haitianos indocumentados a su territorio “perece haber sido entendida por la comunidad internacional” indicando que “ya el país no es la voz solitaria que clamaba en el desierto en favor de ir en ayuda de Haití. Estados Unidos ha llegado a la situación de usar la fuerza para impedir el paso de haitianos a su territorio al recordar que si bien el presidente Joe Biden se excusó “desde esa nación llegan a Haití diariamente aviones repletos de repatriados haitianos” destacando que ya desde la cuenca caribeña, la parte sur de Norteamérica, así como en centro y Sudamérica “están viviendo un desbordamiento de la migración ilegal haitiana”.
Opinó que esa situación le va permitiendo a la República Dominicana a no estar sola en su permanente queja del fenómeno migratorio del vecino país, “porque entenderán que no éramos agoreros al pedir la solución de los problemas haitianos de manera conjunta” y entiende que ahora en otros países sienten el problema que los dominicanos hemos pasado desde 1961 a la fecha.
“Desde casi todos los países del continente americano se reciben noticias de expulsiones de haitianos que llegaron a su territorio, sin tener el permiso de entrada, procediendo a repatriarlos, como nos criticaban a nosotros”, expuso el ex jerarca militar.
Preciso que la presencia de los haitianos indocumentados no solo se registra en la cuenca insular del gran Caribe, en Estados Unidos, Sudamérica (Chile, Colombia y Brasil), sino también de los países de tendencia socialista (Cuba, Venezuela, Bolivia..) se niegan a recibirlos y si llegan los retornan a Haití”.
Haití siempre agrede
En otro orden, Soto Jiménez, entendido sobre temas de seguridad e históricos, recordó que la independencia nacional no se logró con los hechos del 27 de febrero de 1844, sino que los dominicanos tuvieron casi 13 años de lucha contra los haitianos. “Fueron muchas las batallas que libraron los dominicanos defendiendo su soberanía, por los intentos de revertir la decisión de ser libres. Las invasiones se produjeron permanentemente de parte del vecino país”, acotó.
Sostuvo que si bien tras la traición de Pedro Santana la nación perdió su soberanía, “el pueblo supo responder a esa afrenta, con la lucha restauradora, logrando su segunda independencia en 1865, luego de enfrentar a los españoles durante dos años.
“El ejército, el pueblo dominicano en armas, aunque en desventaja numérica y armamento, como también ocurrió con los haitianos, pudieron vencer a uno de los países más poderoso en su época, como lo era España”, dijo.
Invasión pacífica
A juicio de Soto Jiménez, la actual situación referente a la presencia masiva de nacionales haitianos en el país, debe analizarse desde varios aspectos, partiendo del ajusticiamiento del dictador Rafael Trujillo.
“Lo que pasó de ahí en adelante, por una serie de razones, comenzó a producir la invasión pacífica, a través de la contratación de braceros haitianos para el corte de la caña”, refiriendo, sin embargo, que se tenía control de los extranjeros.
Dijo que si bien algunos se escapaban de los bateyes a otros lugares, no ocurría como ahora que cuando abrimos las puertas de nuestras casas lo primero que vemos es a un grupo de haitianos.
Observó que esa situación se produce por la permisibilidad de los gobernantes y no debido a los militares, porque ellos no trazan la política migratoria del país, sino que son instrumentos de esa política. “Los méritos de las misiones que se les encomiendan a los militares los reciben los presidentes”, significó.
Narró lo ocurrido al entonces director de Migración, Sigfrido Pared Pérez, quien al preguntársele cuántos haitianos indocumentados calculaba habían entrado al país tras el terremoto del 2010, respondió que 500,000. Como fruto de esa respuesta, el presidente Leonel Fernández lo canceló.
Expresó que la actual situación, “como dice la expresión popular, “lo demasiado hasta Dios lo ve, porque pese a todas las acusaciones contra nosotros, han sido injustas, porque no ha habido ningún extranjero que no alabe la hospitalidad de los dominicanos”.
Esa es una virtud que tenemos y nosotros con Haití, como decía la Madre Teresa de Calcuta, hay que dar hasta que duela y nosotros lo hemos hecho.
“Pero eso tiene sus límites, debemos dar, pero hasta que no le duela a la nación, al pueblo dominicano. Eso que se dice del alegado esclavismo o el racismo no corresponde a la cultura de los dominicanos. Es injusto”, agregó.
Indicó que a raíz del terremoto, “los dominicanos fuimos el primer país que acudió en auxilio de Haití, destinando RD$232 millones para socorrer a los afectados”, agregando que el presidente Fernández dispuso abrir la frontera para facilitar el traslado de los heridos a los hospitales y clínicas del país.
Respecto a los servicios médicos que reciben los haitianos en el país, Soto Jiménez calculó que por lo menos un 30% de ciudadanos ilegales se beneficia de los servicios médicos que se ofrecen en los hospitales estatales.
Lamento que debido a esa situación, “un grupito de dominicanos defienda esa situación, mientras miles de nuestras parturientas no encuentran cupo en esos centros cuando van a dar a luz”.