Santo Domingo, República Dominicana, domingo 24 de noviembre, 2024

!Entrevista exclusiva! Guzmán Fermín cree ambición de Danilo frustró reforma PN

Juan Acosta

Especial para HoraxHora

El ex jefe de la Policía, Rafael Guillermo Guzmán Fermín, atribuyó el deterioro en la seguridad pública al alegado interés político del expresidente Danilo Medina por ‘borrar’ todos los programas que había puesto en marcha el expresidente Leonel Fernández.

Guzmán Fermín dijo, asimismo, en gobierno del expresidente Hipólito Mejía “se promulgó la mejor ley de policía que ha tenido la Institución, la 96-04, pero la misma fue modificada en el 2016, para el gobierno de Danilo tener más control político de la Policía, de cara a su logrado propósito de reelección”.

Tambien, el e jefe policial dijo que “no pongo en dudas de la buena intención ni la voluntad política del presidente Luis Abinader, de mejorar la imagen y efectividad de la Policía Nacional, pero su iniciativa no está enfocada a combatir las causas de la violencia y la delincuencia, como se hizo durante los mandatos del presidente Fernández (1996-2000-2004-2012)”.

Entrevistado en el programa de televisión Oye País, que produce el periodista Ruddy L. Gonzáles en el canal 9 de Color Visión, Guzmán Fermín reconoció que la mayoría de los policías son humildes, entregados al trabajo y honestos con una vocación de garantizar la vida de los ciudadanos, pero considera que el problema por la que atraviesa la Institución desde el 2012 no se resuelve cambiando su estructura, sino la cultura institucional que prevalece en la entidad.

Divide, debido a la politización que asegura se introdujo en la Policía durante el gobierno de Medina, en cuatro segmentos en los que pueden ser clasificados los miembros de la Institución: a) los agentes que son cautelosos en aceptar el cambio, los que constituyen el 5% de la fuerza; b) los que aceptan el cambio, pero prefieren esperar el resultado para dar el paso de respaldarlo abiertamente, que son el 15%; c) los que se resisten al cambio, que son el 20% y ‘viven’ del ‘desorden’ y que considera “es el más peligroso’ y que hay que “echarlos a todos”, mientras el 60% restante está constituido por las tropas, que se mantienen oscilantes entre los dos primeros grupos citados “pero cumpliendo su deber en las calles”.

Aconsejó que esta mayoría de agentes se debe convencer de los beneficios que obtendrán con la modernización de la policía, “pero con tacto, reconociendo su esfuerzo y dedicación al cumplimiento de su deber, en vez de incluirlos con los deshonestos”.

“La policía es una institución muy compleja y delicada, por lo que su reforma debe hacerse sobre la marcha, ya que existen en su estructura mitos que se deben romper. Si hoy no existe una policía reformada como demandan las circunstancias y la sociedad se debe a un problema político, no de la policía” estimó Guzmán Fermín.

Un plan a largo plazo

Dijo que por esa razón el plan de reforma iniciado en el 2005 “se pensó aplicarlo a largo plazo, para la adaptación de los policías a las nuevas normas. Lo que ha faltado es la continuidad del Estado en este caso”.

Ante el panorama descrito, el ex jefe policial entiende que la Institución no necesita una reforma en la estructura de la Policía, como la que se plantea actualmente, sino resolviendo los problemas que causan la violencia y la inseguridad ciudadana.

En ese sentido refirió que con su retorno al poder en 2004, Fernández la aplicación del Plan de Seguridad Democrática, dando respuesta a las causantes de los asaltos y la violencia en la población, logrando reducir esas acciones que afectaban los sectores más vulnerables de la población, y explicó que el plan fue diseñado en base a 16 programas y 32 subprogramas, los que se aplicaron a través de Mi Barrio Seguro, Prestamos Para Mi Barrio, a través de las Mipymes, becas, deportes, reparaciones de viviendas…. etc.

De igual manera, dijo, se regularon de los fuegos artificiales en las fiestas de Navidad y Año Nuevo, el uso de armas, acciones antinarcóticas, así como la reforma y modernización de la policía. “Todo eso fue desapareciendo a partir del 2013, retornando el temor de los ciudadanos a ser asaltado, agredido para despojarlo de sus bienes, llegando hasta a perder la vida a pesar de la inmensa cantidad de recursos económicos invertidos, tanto en la pasada gestión como en la actual, convirtiéndose en la primera prioridad nacional”, indicó.

Guzman Fermín indicó que el tema de seguridad pública tiene que ser enteramente profesional, dejando fuera la política partidista, “porque cuando la política entra por la puerta, la razón salta por la ventana”.

Violencia visible e invisible

En otro aspecto de su enfoque, el general Guzmán Fermín insistió en considerar que el gobierno debe atacar las causas que generan la delincuencia, no los efectos, como plantea el sociólogo-matemático noruego Johan Galtung.

“Según Galtung, la violencia se puede analizar mediante un triángulo. En su parte superior está la visible, directa, la que la gente padece (atracos, asaltos asesinatos, secuestros). Es la que la policía combate”, aseguró.

Agregó que el estudioso social plantea que la violencia invisible es la que no es percibida por los ciudadanos, “es la que produce el Estado, al no enfrentar las causas que producen la violencia, como son la falta de oportunidades, de empleos, salud, deportes, de viviendas, el traslado del campo a las ciudades”.

A su juicio la sociedad y el Estado deben revisarse, al señalar que los préstamos gestionados por el Estado presuntamente “se los robaban unos pocos, en vez de construir las infraestructuras sociales que erradiquen o disminuyan la violencia”.

Dijo que existe otro tipo de violencia que es responsabilidad de la sociedad, con la desaparición de las normas y principios de antes.

“Ahora el maestro tiene miedo de corregir al alumno, los padres a sus hijos, las familias son cada vez más vulnerables en los hacinamientos urbanos”, reiteró.

Celebró la iniciativa del diputado Omar Fernández, con el proyecto de ley que procura la creación del Instituto de Criminología, para resolver ese problema de manera científica, dado que “la criminología como una rama de las ciencias sociales, estudia la mente criminal del delincuente, la víctima y el delito de manera separada”.

 

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