Los hidratos de carbono son fundamentales en las dietas de las personas, sin embargo aún hay mucha confusión respecto a ellos.
Son necesarios en las dietas, puesto que su función es aportar energía a todos los órganos del cuerpo. También desempeñan funciones estructurales, regulan los niveles de azúcar en la sangre, disminuyen la fatiga y aportan a la recuperación muscular.
Están los carbohidratos complejos, de absorción lenta como los almidones y la fibra y los sencillos, de absorción rápida, de azúcares libres o simples.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que se debe consumir menos del 10 % de la ingesta energética diaria (kilocalorías) de azúcares simples al día. Además, según la OMS, «una reducción por debajo del 5 % de la ingesta calórica total produciría beneficios adicionales para la salud».
Entonces hay que apostar a los de absorción lenta, que mejoran el control de la glucemia, dan saciedad, mejoran la composición de la microbiota intestinal y regulan los niveles de colesterol.