Las meriendas escolares son fundamentales porque proporcionan la energía y los nutrientes necesarios para el desarrollo físico e intelectual de los niños, mejoran la concentración y el rendimiento académico, y contribuyen a la formación de hábitos alimenticios saludables a largo plazo. Además, son una herramienta para combatir la pobreza, reducir la deserción escolar y apoyar a las familias.
Una alimentación saludable contribuye a tener un crecimiento adecuado y a reducir el riesgo de desarrollar enfermedades en el futuro. Permite desarrollar el máximo potencial de sus capacidades y habilidades intelectuales, favoreciendo su aprendizaje.
La merienda escolar debe significar aproximadamente el 10% de las calorías diarias, señalan desde la Dirección de Vigilancia de Enfermedades No Transmisibles.
¿Qué debe contener una merienda saludable?
Una merienda saludable debe contener preferentemente alimentos y bebidas naturales (sin sal ni azúcares añadidos). Considerando esta recomendación existen varias opciones que se pueden incorporar, algunas de ellas se citan a continuación:
- Frutas de estación (pueden ser enteras o en trozos).
- Ensalada de frutas (mezclar hasta 3 frutas y sin añadir azúcar).
- Sándwich de verduras.
- Sándwich de queso y tomate.
- Huevo duro.
- Yogurt con cereales (preferentemente sin azúcares).
- Leche o yogurt preferentemente natural.
- Tortitas o galletitas de avena.
- Panqueques.