Redacción HoraxHora
El gobierno dominicano da un paso firme hacia la modernización de la seguridad pública con el anuncio del presidente Luis Abinader sobre la esperada reforma a la ley de la Policía Nacional.
Este proyecto, considerado por el mandatario como una «ley transformadora», busca revolucionar la institución para hacerla más eficiente, profesional y cercana a la ciudadanía.
Abinader reveló que, tras meses de trabajo, el proyecto está en etapa de consenso con líderes políticos y sociales clave, con el objetivo de construir una reforma que responda a las verdaderas necesidades del país.
«Queremos involucrar a todos antes de presentar la ley en el Congreso», aseguró, destacando que la reforma será un antes y un después para la Policía Nacional, fortaleciendo su estructura y capacidades.
Un compromiso firme con la seguridad y la transparencia
Además, el presidente reafirmó su compromiso con la ley que regula el tiempo de permanencia de los jefes de Estado Mayor en las Fuerzas Armadas, garantizando así estabilidad y orden en las instituciones castrenses.
Esta acción refuerza la voluntad del gobierno por mantener la disciplina y la transparencia en todos los niveles de la seguridad nacional.
La reforma policial se enmarca en una estrategia integral que busca no solo modernizar las capacidades técnicas de la policía, sino también mejorar la relación con la sociedad, aumentando la confianza y la colaboración ciudadana.
El gobierno enfatiza que esta iniciativa será fruto del diálogo y la colaboración, buscando un consenso amplio que permita su rápida aprobación y efectiva implementación.
Con este anuncio, la administración de Abinader envía una señal clara: la seguridad es una prioridad y está decidida a dar los pasos necesarios para construir una Policía Nacional más preparada, justa y eficiente, en sintonía con los desafíos del siglo XXI.
Desafíos y expectativas para la reforma policial
Aunque el anuncio del presidente Abinader ha sido bien recibido por distintos sectores, la reforma a la Policía Nacional enfrenta grandes desafíos.
La modernización de una institución con décadas de historia requiere no solo cambios legislativos, sino también transformaciones culturales profundas que garanticen el respeto a los derechos humanos y la transparencia.
La ciudadanía espera que esta reforma contribuya a reducir la delincuencia y mejore la percepción de seguridad en todo el país, por lo que el proceso de diálogo y consenso será clave para lograr una ley que realmente transforme la institución desde sus cimientos.