Redacción HoraxHora
El informe elaborado por la PUCMM muestra que los promedios obtenidos en las Pruebas Nacionales oscilan entre 56 y 58 puntos, mientras que las calificaciones internas de los centros educativos rondan entre 85 y 87 puntos, lo que refleja una brecha de hasta 31 puntos entre las evaluaciones internas y las oficiales.
El estudio advierte que esta diferencia se acentúa en los centros educativos públicos y en las zonas más vulnerables del país, donde el acceso a recursos y oportunidades de aprendizaje es más limitado
Asimismo, solo un 22 % de los estudiantes evaluados alcanzó un desempeño satisfactorio, cifra que se reduce al 14 % en el sector público especialmente en la tanda nocturna, evidenciando una profunda desigualdad educativa entre regiones y tipos de centros.
Para experto estas diferencias son interpretadas como un síntoma de desalineación curricular e inflación de calificaciones, desconectadas del aprendizaje real que no cumplen con las competencias actuales.
“Las pruebas nos dan un panorama con el cual nos podamos sentir satisfechos, porque es evidente que los estudiantes, aunque ha habido algunas mejoras, no se puede decir que están desarrollando las competencias del siglo XXI” dijo Radhamés Mejía, director de Centro de Investigación en Educación y Desarrollo Humano (CIEDHumano)”
“Urge establecer una coherencia curricular, una cultura de evaluación rigurosa y mejorar la capacidad institucional, pues la calidad no depende solo del estudiante, también de la capacidad institucional del centro y del liderazgo distrital”, explicó el director Radhamés Mejía al presentar el estudio.
Ante estos hallazgos, el exministro Melanio Paredes afirmó que es urgente “redireccionar el enfoque de las evaluaciones aplicadas en el país”, destacando que los resultados reflejan fallas estructurales en el proceso educativo y en la manera en que se mide el aprendizaje real de los estudiantes.
Por su parte, la exministra Jacqueline Malagón señaló que los problemas persisten mientras no exista una verdadera voluntad de cambio dentro del sistema.
“Hasta que no haya una persona interesada, que no venga porque el gobernador o el político lo nombró, sino porque realmente quiera transformar la educación, no vamos a ninguna parte”, expresó Malagón.
El análisis subraya una desconexión entre la promoción del alumno y el aprendizaje, donde existe una alta tasa de promoción sobre el 75%, pero los aprendizajes son insuficientes. De acuerdo con el estudio, solo un 22 % del estudiantado alcanzó un desempeño satisfactorio en las cuatro asignaturas evaluadas —Lengua Española, Matemática, Ciencias Sociales y Ciencias de la Naturaleza—, mientras un 36 % no logró un nivel adecuado en ninguna de ellas. En el sector público, la proporción de estudiantes con desempeño integral se reduce a 14 %, frente a 35 % en los centros privados y 30 % en los semioficiales.
La modalidad técnico-profesional muestra mejores resultados y menores brechas, en contraste con la académica, donde predominan los aprendizajes fragmentados. La tanda nocturna presenta el panorama más crítico: tres de cada cuatro estudiantes permanecen en el nivel más bajo de desempeño.
El informe también introduce el Índice de Desempeño Institucional (IDI), que permite evaluar a centros y distritos, a partir del nivel de desempeño de los estudiantes en las pruebas nacionales. Este índice, junto con el Índice de Desempeño General (IDG), fueron elaborados por el CIED-Humano de la PUCMM y contribuirán a aprovechar mejor los resultados de las pruebas para evaluar, no sólo a los estudiantes, sino a los centros, los distritos y el desempeño general del sistema educativo. Los centros con IDI “Excelente” registran brechas reducidas (–14 a –20 puntos), mientras los de nivel “Crítico” superan los –34 puntos, evidenciando desalineación curricular y calificaciones infladas.
El informe concluye que mirar los resultados desde los centros y distritos educativos es esencial para garantizar no solo equidad de acceso, sino también equidad de resultados, destacando que la calidad educativa depende tanto del estudiante como de la capacidad institucional de cada escuela.