Mientras la “neurocientífica” Elizabeth Silverio fue retornada del centro médico donde se encontraba a su celda en la cárcel de Najayo, en San Cristóbal, sus abogados intimaron a la jueza que le impuso la medida de coerción, por supuesta “prevaricación”.
Tras superar el cuadro de “deshidratación moderada” Silverio fue dada de alta por la médico internista intensivista Keyla Acosta, quien la atendió en el Instituto de Cirugía Especializada, con la recomendación de que por su condición de salud deberá ingerir suplementos vitamínicos, proteínas líquidas y llevar su tratamiento de base para demás patologías.