Sin participar en ninguna reunión, China será la protagonista en la sombra de la gira europea del presidente estadounidense, Joe Biden, que quiere conseguir un respaldo más claro de sus aliados a su principal prioridad internacional- la intensa competición entre Washington y Pekín.
Señala EFE que el mandatario emprendió su primer viaje al extranjero con un objetivo expreso, el de reavivar la alianza transatlántica después de cuatro años de tensiones, y otro tácito, el de convencer a los europeos de que colaboren más estrechamente con él en lo que ha descrito como una “competición extrema” con el gigante asiático.
“Biden tiene un enorme interés en salir de este viaje con un fuerte sentido de unidad transatlántica en lo relativo a Pekín”, dijo a el que fuera asesor para Europa del expresidente Barack Obama (2009-2017), Charles Kupchan.
De acuerdo a EFE, ese discurso va más allá de los argumentos pragmáticos sobre la inconveniencia del ascenso imparable de China a nivel económico, y plantea un duelo casi épico entre democracias y autocracias como la que se gestiona desde Pekín.
A la Unión Europea, y en particular a Alemania, evalúa la idea de tener que elegir categóricamente entre relacionarse con Estados Unidos y con China, pero eso no ha impedido que, desde la llegada de Biden al poder en enero, los veintisiete hayan endurecido su postura hacia el gigante asiático, señala EFE en un cable.
La prueba más clara está en la decisión de Bruselas de imponer en marzo sus primeras sanciones a China en más de tres décadas.
En tanto, Sameera Fazili, directora adjunta del Consejo Nacional Económico de la Casa Blanca, recomendó reforzar la producción doméstica, diversificar las fuentes de origen para depender menos de China e invertir en la producción de minerales críticos, fundamentales para determinados productos tecnológicos.