Redacción HoraxHora
Las disidencias de las FARC han redoblado su pulso contra el Estado colombiano al lanzar este martes una oleada terrorista cuando el país no se había recuperado de la conmoción provocada por el atentado contra el senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay.
Vehículos bomba (autos, buses y motocicletas), cilindros explosivos, francotiradores y drones se mezclaron en 19 atentados para provocar la muerte de al menos cinco civiles y tres policías, además de decenas de heridos, incluidos dos menores. Ocho de ellos se encuentran en estado crítico.
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Uno de los epicentros del ataque fue la ciudad de Cali, donde el presidente Gustavo Petro había convocado para el miércoles a sus seguidores en defensa del decreto para forzar una consulta popular sobre su polémica reforma laboral. De momento, el gobierno ha confirmado que Petro presidirá una reunión con autoridades y mandos policiales. Otras zonas del Valle del Cauca y de Cauca fueron las elegidas por los guerrilleros para vengar a uno de sus jefes, alias Mayimbú, abatido en 2022.
Precisamente en las horas previas la también precandidata presidencial Vicky Dávila había señalado a Iván Mordisco, líder de las disidencias de las FARC como el principal inductor del atentado contra el senador Uribe Turbay.
“El gobierno nacional ha desplegado cientos de militares estadounidenses, que se ubican estratégicamente en Colombia para dar inicio a un plan de desestabilización contra la hermana república de Venezuela. Quieren perpetuar el paramilitarismo e impulsar megaproyectos en áreas donde nosotros hacemos presencia”, aseguró el Estado Mayor Central de las FARC/Ejército del Pueblo (disidencias) en un comunicado, en el que advierten a la población que evite cuarteles y transportes militares y policiales.
La Inteligencia militar está convencida de que son las estructuras residuales de las disidencias Jaime Martínez, Carlos Patiño y Dagoberto Ramos, bajo el mando de Iván Mordisco, quienes protagonizan la ofensiva.
“En una semana, Colombia regresó a 1989”, resumió Alejandro Eder, alcalde caleño, en referencia a los tiempos del narcoterrorismo, cuando Pablo Escobar ordenaba el asesinato de candidatos presidenciales, como Uribe Turbay, y cuando también aterrorizó al país con sus coches bomba. Eder confirmó que varias motos cargadas con explosivos estallaron junto a las estaciones de policía de Manuela Beltrán, Meléndez y Los Mangos, en Cali.
“Estaba desayunando con mi hermana en la calle del Comercio, junto a los Mangos. Al frente, en la estación, estalló una bomba. Salimos corriendo, aturdidas, en pánico. Dejamos el mercado donde acabábamos de comprar. Varias personas estaban heridas, pero el mayor impacto lo recibió el vigilante de la estación, que resultó despedazado”, describió a LA NACION la joven Maryit Benítez, herida levemente en la cara con el impacto de un trozo de cristal. Al menos dos personas perdieron la vida en esos ataques.
Otros atentados se sucedieron en la subestación de Policía de Patía, donde los ataques se ejecutaron con drones, y en Caloto, donde cayó muerto otro agente, lo que aprovecharon los agresores para repartir propaganda. Los atacantes también usaron cilindros explosivos y granadas en medio del pánico generalizado entre la población.
En Jamundí, zona rural del Valle del Cauca cercana a Cali, explotó un coche bomba que acabó con la vida de al menos tres personas.
“Criminales de las disidencias de alias ‘Mordisco’ atacan a la población con atentados terroristas indiscriminados en Cauca y Valle del Cauca. Esto es un crimen de lesa humanidad. Su actuar denota que no les interesa la paz, la tranquilidad y bienestar de los campesinos y toda la población», afirmó el ministro de Defensa, Pedro Sánchez.
El ministro dijo que el “único objetivo” de ese grupo armado es “generar terror, desestabilizar el orden institucional y afectar grave y principalmente a la población civil, para poder seguir viviendo del narcotráfico y minería ilegal”.
La oleada terrorista llegó cuando el senador del Centro Democrático permanece en la Fundación Santa Fe luchando por su vida. María Claudia Tarazona, la mujer del senador, declaró a los medios en el acceso principal a la clínica donde atienden a su marido. “Miguel es un guerrero, sigue luchando por su vida, sigue dando esta batalla, está anclado a la tierra. El amor de nuestra familia le mantiene unido a este plano terrenal. El amor de cada uno de los colombianos y todas sus manifestaciones es la fuerza que le ha dado a Miguel la batería para enfrentar los días más oscuros”, destacó, con entereza, Tarazona.
Juan Sebastián R.C., el sicario de 14 años que disparó dos balazos a la cabeza de Uribe Turbay, se declaró inocente ante el juez de control de garantías de Bogotá. La Fiscalía le imputó los delitos de tentativa de homicidio agravado y porte ilegal de armas, que le supondría hasta ocho años, primero en una institución para menores. De momento, el Ministerio Público ha decidido mantener al menor de edad en el búnker de la Fiscalía, en un espacio acondicionado por los investigadores.
Mientras, la investigación prosigue con distintas denuncias contra la seguridad que resguarda a candidatos y otros líderes políticos. Una de ellas, Ingrid Betancourt, sorprendió al país al desvelar que entre los escoltas de la Unidad Nacional de Protección (UNP) que la vigilan se encuentran antiguos guerrilleros de las FARC, los mismos que la mantuvieron secuestrada durante seis años.