El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, renunció en medio de una avalancha de acusaciones de acoso sexual, un año después de que fuera aclamado por su liderazgo durante los días más oscuros del COVID-19.
“La mejor manera en que puedo ayudar ahora es si me hago a un lado y dejo que el gobierno vuelva a gobernar, y, por lo tanto, eso es lo que haré”, dijo Cuomo.
Las declaraciones las ofreció durante su rueda de prensa diaria, donde ofreció los avances.
La acusación final
Aunque se habían presentado varias acusaciones de alegados acosos de parte del ahora ex gobernador Cuomo, fue la más reciente la que aceleró la decisión de éste dimitir al cargo.
Se trató de la principal asistente del ex funcionario neoyorquino, identificada como Brittany Commisso, la que presentó formal querella por presunto acoso en su contra.
Esta subalterna del gobernador fue una de las 11 mujeres cuyas denuncias de abuso sexual fueron corroboradas por un informe del 3 de agosto elaborado por el fiscal general del estado.
«Fue lo correcto. El gobernador debe rendir cuentas», dijo Commisso en una entrevista cuando se le preguntó por qué presentó una denuncia penal contra Cuomo ante la Oficina del Sheriff de Albany.
«Lo que me hizo fue un crimen. Violó la ley», agregó cuando se le preguntó si «rendir cuentas, para usted, significa ver al gobernador acusado de un crimen».
Según el informe del estado, Commisso dijo a los investigadores que Cuomo le agarró el trasero durante abrazos y una foto.
El informe también detalla una acusación, informada previamente por el diario Albany Times Union, de un incidente en la mansión del gobernador en el que Cuomo supuestamente metió la mano debajo de su blusa y agarró su pecho.