Redacción HoraxHora
Durante más de dos décadas Bachar Al Assad gobernó Siria tras heredar la Presidencia después de la muerte de su padre Hafez al-Assad, conocido como el líder eterno que se hizo con el poder en el golpe Estado de 1971 y presidió ese país hasta su muerte en el 2000.
Detalla un cable de Agencias que Bachar Al Assad, oftalmólogo de profesión, gobernó Siria con puño de hierro durante casi un cuarto de siglo marcado por las revueltas contenidas con numerosas violaciones de derechos humanos y la guerra civil que supuso el mayor éxodo de refugiados en el mundo desde la segunda guerra mundial
Bashar al-Assad, nació el 11 de septiembre de 1965 en Damasco, Siria.
Inicialmente, Bashar no estaba destinado a la política; estudió medicina en la Universidad de Damasco y se especializó en oftalmología en Londres. Sin embargo, tras la muerte de su hermano mayor, Basel, en un accidente automovilístico en 1994, Bashar fue llamado de regreso a Siria y preparado para suceder a su padre.
En julio de 2000, tras el fallecimiento de Hafez al-Assad, Bashar asumió la presidencia de Siria.
La nota explica que si bien no era el elegido inicialmente para heredar de su padre, tras obtenerlo se aferró a él con uñas y dientes, silenciando a sus adversarios, aplacando revueltas multitudinarias y sobreviviendo a más de diez años de guerra civil.
Enseguida se enmendó la Constitución para que Bachar, entonces de 34 años, cumpliese con los requisitos de edad -mínimo 40 años- y se celebró un referéndum que respaldó su ascenso a la jefatura de Estado.
Después de cuatro décadas de gobiernos del Partido Baaz, casi todos encabezados por su progenitor, Al Asad fue visto inicialmente como una esperanza para el cambio y un probable instigador de reformas democráticas y aperturistas.
Al inicio de su mandato, muchos esperaban que implementara reformas políticas y económicas. No obstante, su gobierno mantuvo un régimen autoritario, pronto llegaron las campañas de arrestos de activistas y opositores, y, una década más tarde, la brutal represión de las protestas que estallaron en Siria en contra de su Gobierno en el marco de la “Primavera Árabe”.
En 2011 enfrentó protestas prodemocráticas que derivaron en una prolongada guerra civil. Durante este conflicto, su administración fue acusada de violaciones a los derechos humanos y uso de armas químicas.
Agencias señala en su cable que su superviviencia desde 2016 quedó en manos de sus aliados rusos y de las milicias chiíes iraníes, libanesas e iraquíes que le permitieron recuperar territorio de los insurgentes, a costa de una devastación brutal de las ciudades y territorios que se habían rebelado.
Normalmente, ocupó el poder durante con unas abultadas “victorias” electorales, como en los últimos comicios de 2021, donde logró hacerse con un 95 % de los votos.
Sin embargo su mandato se enfrentó a un creciente descontento popular por la grave crisis económica y la escasez de productos básicos, que ha llevado a la inmensa mayoría de la población a sufrir inseguridad alimentaria y a vivir por debajo del umbral de la pobreza.
A ello se suman 14 millones de desplazados internos y refugiados a otros países, la mayoría de ellos en Oriente Medio, y todo un proceso de reconstrucción por delante, algo que se planteaba como casi imposible ante el aislamiento internacional al Gobierno de Al Asad y las múltiples sanciones internacionales impuestas por Occidente.
Tras permanecer durante 24 años en el poder, este domingo 8 de diciembre de 2024, tras una ofensiva de 12 días por parte de una coalición islamista rebelde, el régimen de Bashar al-Assad fue derrocado.
El cable publicado indica que los rebeldes tomaron Damasco, declarando la ciudad «libre» del régimen. Según informes, Bashar al-Assad habría abandonado el país; sin embargo, su paradero actual es incierto. Algunas fuentes sugieren que abordó un avión cuyo destino se desconoce, y existen especulaciones sobre su posible llegada a Abu Dabi.
La caída de Bashar al-Assad marca el fin de más de cinco décadas de dominio de la familia al-Assad en Siria, iniciadas por su padre en 1971. Este acontecimiento ha generado diversas reacciones internacionales y abre una nueva etapa en la historia del país