Antes, cuando no había internet ni ediciones dominicales, el periódico de los lunes era el más buscado de la semana.
¿Cuál era el motivo?
Pues, la lista de los premios de la Lotería Nacional, cuyos sorteos se realizaban los domingos acaparando la atención de millares de jugadores que habían comprado billetes y quinielas persiguiendo la fortuna.
Una imprenta sagaz capitalizó ese generalizado interés y a prima noche de los domingos salía a vender una hoja con los números ganadores de los tres primeros premios y el resto de las aproximaciones.
Para entonces los diarios no tenían ediciones dominicales y las estaciones de radio y televisión no difundían noticias 24 horas al día, como lo hacen hoy los medios digitales.
La hoja dominical se vendía como pan caliente, pero la calidad de su impresión no era la misma de los periódicos de los lunes, lo que daba a estos una mayor confiabilidad cuando reproducían la hoja oficial editada por la Lotería.
El gran “enganche” de los periódicos era, pues, la lista de la Lotería y de ahí su extraordinaria demanda de los lunes.
Los publicistas, que sabían esto, impulsaban las publicaciones de sus clientes ese día en la seguridad de que tendrían la mayor audiencia.
Por igual algunos funcionarios u oficinas del gobierno se habituaron a enviar declaraciones los domingos, esperanzados en lograr mayor lectoría.
Pero los tiempos han cambiado y ya no podemos decir que la edición de los lunes, ni de ningún otro día de la semana, es la predilecta y la más rentable.
